El éxito de público durante la presentación del nº 1 de Cine-Bis en Filmoteca Española el 29 de marzo de 2014, supuso un estímulo importante para continuar impulsando esta audaz iniciativa editorial cuyo primer número edité en octubre de 2013. Audaz merced a su propuesta cinéfila, pues en España no ha existido una revista dedicada en exclusiva al estudio de los géneros cinematográficos, además desde una perspectiva histórica y reivindicativa, por supuesto también crítica, alejada de los parámetros que cultivan el resto de publicaciones del sector: la actualidad cinematográfica acompañada de algún puntual ensayo retrospectivo.
Naturalmente, en una sociedad como la actual,
donde sólo importan el aquí y el ahora, parecía una aventura insensata
embarcarse en una publicación de las características de Cine-Bis. Sin embargo, la travesía continúa sin eventuales
tropiezos y con creciente repercusión entre los aficionados al Séptimo Arte.
Así, una vez más, decidimos presentar los
números 2 y 3 de la revista en el excelso marco de Filmoteca Española,
institución que tan bien nos ha acogido en nuestros inicios. De este modo, el
pasado 20 de noviembre de 2014, jueves, a las 19:30 h. y en la sala 1 del Cine
Doré, Carlos Aguilar, Juan Andrés Pedrero Santos y un servidor nos reunimos
para mostrar al público congregado los avances logrados con Cine-Bis. Dos números donde se dan cita
entrevistas a los actores Giuliano Gemma, Eli Wallach y Federico Boido, así
como al director Antonio Margheriti, dossieres
sobre el cine Blaxploitation, el Western Crepuscular y el Thriller Coreano,
artículos sobre la bizarra trilogía consagrada a la sádica y sexy Ilsa, la saga de Emanuelle negra
interpretada por Laura Gemser, las adaptaciones de la novela de Fannie Hurst Imitacion de la vida, las versiones
fílmicas del tristemente célebre motín de la Bounty, estudios sobre cult movies –la rusa Viy
(1967), la americana rodada en esperanto Incubus (1965)–, acercamientos a la
vida y la obra de fascinantes cineastas como Curtis Harrington y Hugo Fregonese,
un paseo por el poco conocido cine de divulgación sexual y sendas charlas con José
Antonio Diego Bogajo y Diego López, faneditores, respectivamente, de Exhumed Movies y El Buque Maldito.
Además,
como complemento posterior a la charla, pudimos disfrutar de la proyección en
VOS de uno de los filmes emblemáticos del Western
Crepuscular, en su vertiente contemporánea, nada menos que Los valientes andan solos (Lonely
Are the Brave, David Miller, 1962), con el gran Kirk Douglas.
Un 20 de noviembre inolvidable, como digo, por muy
diferentes motivos: por la gran acogida de público, por reencontrarme con grandes amigos y colegas como Carlos
Aguilar, su mujer Anita Haas, el esotérico Frank G. Rubio, el mítico y
entrañable director Eugenio Martín, y por tener la oportunidad de conocer al
fin, en persona, a muchos de los estupendos
colaboradores que, durante años, han contribuido con sus magníficos textos a
enriquecer las páginas de mi publicación Quatermass,
y ahora Cine-Bis: Juan Andrés Pedrero
Santos, David G. Panadero, José Manuel Serrano Cueto, José Luis Salvador Estébenez,
Rubén Higueras Flores –quien finalmente no pudo acudir al Doré;
pero, por increíble que parezca, nos encontramos al día siguiente, por pura
casualidad, en la sección de películas de unos grandes almacenes–... No
olvido, por supuesto, a buenos seguidores de ambas publicaciones con quienes
tuve el placer de charlar allí animadamente: David Montalvo, Roberto
García-Ochoa Peces, Alberto Quintanilla, Ignacio López (director ejecutivo del
cine Artistic Metropol)… Y si a esto le sumamos unas buenas jornadas gastronómicas en
locales tan recomendables y suculentos como la taberna La Fetén (C/ Moratín,
40) y la bodeguilla Los Rotos (C/ Huertas, 74), más una estupenda sobremesa en
el no menos emblemático Café Central (Plza. del Ángel, 10), puedo afirmar que
esta visita a Madrid ha supuesto para mí, como de costumbre, un auténtico disfrute.
Como testimonio del acontecimiento aquí
os dejo varias imágenes de la presentación y de los amigos que nos acompañaron
y apoyaron durante el acto, así como la transcripción de nuestras intervenciones
en el escenario del Cine Doré. Agradezco, asimismo, a Catherine Gautier,
directora adjunta de Filmoteca, su gestión para la buena marcha del evento.
CARLOS
AGUILAR: Buenas tardes en nombre de Filmoteca Española
y, naturalmente, también en nombre nuestro; para nosotros es un honor esta
congregación, esta complicidad que existe entre la sala y la mesa. Pues bien,
estamos aquí para presentar los números 2 y 3 de una revista singular, Cine-Bis, que puede gustar mucho, poco o
nada, por supuesto, pero que no se parece a ninguna otra de las que se hacen
actualmente en España. Es una revista que trata sobre cine de género, entendido
en su acepción más amplia. Es decir, entra todo, entre comillas, basta con que
tenga calidad y con que justifique hablar de él. Voy a ceder la palabra
primeramente a uno de los autores, que está aquí con nosotros, y acto seguido
hablará su editor, maquetador y director, Javier G. Romero. En primer lugar
habla, pues, Juan Andrés Pedrero Santos, un escritor sobradamente conocido que ha
publicado varios libros, sobre John Carpenter, sobre Ridley Scott, sobre Tarzán
en el cine, tema bien apasionante, y que en este número ha participado así
mismo para ofrecer su personal visión sobre unas películas muy específicas,
como son las basadas en el famoso motín de la Bounty, películas de aventuras
marítimas que naturalmente se contemplan en la publicación.
JUAN
ANDRÉS PEDRERO SANTOS: Hola, buenas
tardes. Antes de nada quería dar las gracias a Javier por acordarse de mí para
colaborar en este nº 3 y también por esta ocasión de estar aquí con él y con Carlos, porque pienso
que son una referencia para todos los que escribimos sobre cine en España, y
creo que es justo mencionarlo. En cuanto a mi colaboración en el nº 3 de Cine-Bis Javier quería introducir la
aventura en la revista, que hasta ahora no había tenido presencia, y me propuso
hacer algo sobre las versiones fílmicas del hecho real de la tragedia de la
Bounty en el siglo XVIII. Aunque todos los géneros están más o menos
codificados, en el de aventuras es donde más posibilidades hay de ser libre y original.
En este caso, el tema de la Bounty representa la aventura pura y dura, porque
hay un héroe, hay romanticismo, hay un villano, incluso hay un viaje, que suele
ser iniciático, y hay una misión, la del buque británico encargado de surcar el
océano hacia Tahití para recoger el árbol del pan y trasplantarlo en el Caribe
obteniendo así alimento para los esclavos. Por estas razones es un buen
representante de la aventura de género en el cine. En mi colaboración hablo de
todas las versiones que ha habido, una primera muda, australiana, que por
desgracia está desaparecida, una segunda versión ya sonora donde colaboró Errol
Flynn, que curiosamente, y como anécdota, os diré que su madre era descendiente
de los amotinados de la Bounty; y luego las tres películas más importantes que
han tratado el tema, la del año 1935, con Clark
Gable y Charles Laughton, la dirigida por Lewis Milestone en 1962 con Marlon
Brando y Trevor Howard, y la más reciente, de 1984, con Mel Gibson y Anthony
Hopkins. Cada una trata el tema a su manera, con distintos enfoques y matices, pero
para mí la mejor es la interpretada por Brando, una película típica de aquella
época en la que el cine se veía amenazado por el auge de la televisión e
intentaba presentar grandes producciones en color, con gran formato, muchos
extras… De todo eso, y de la épica de la aventura, hablo en mi artículo.
CARLOS AGUILAR: Cedemos la palabra ahora al
director, maquetador y editor de la publicación, Javier G. Romero, que ha
venido expresamente desde Bilbao.
JAVIER G. ROMERO: Gracias, Carlos, Juan Andrés. Y
muchas gracias a todos vosotros por asistir a esta presentación. Estuvimos hace
unos meses, en marzo, presentando el nº 1 de Cine-Bis, que entonces era un proyecto editorial muy ilusionante;
los inicios de este tipo de aventuras siempre son, desde luego, ilusionantes,
pero también arriesgados. No sabíamos en ese momento si iba a calar entre los
lectores, si íbamos a tener seguidores, y finalmente parece que sí, que está
cuajando. De hecho hemos llegado ya al nº 3, y preparando el nº 4, lo que
significa que Cine-Bis empieza a
tener una trayectoria; un recorrido interesante, respaldado sobre todo por
vosotros, por los lectores. Presentamos hoy, como ha señalado Carlos, los
números 2 y 3 de Cine-Bis y siempre con
el ánimo de rescatar el cine de género que, por desgracia, tan abandonado está desde
hace bastante tiempo por las actuales publicaciones de cine. Entonces, el
espíritu que quiero que identifique a esta publicación es el de ahondar y viajar
por todas esas emociones increíbles que nos proporcionan los diferentes géneros
cinematográficos, desde el cine fantástico, hasta la comedia, pasando por el
bélico, el western, incluso el cine
erótico, el de animación, el thriller,
el de aventuras, en este caso marítimas, sobre las que ha escrito Juan Andrés
de manera tan estupenda. En efecto, yo me entrego en cuerpo y alma a la
publicación porque como bien ha dicho Carlos soy el editor, soy el diseñador y
maquetador, también soy escritor, hago mis propios artículos… Es un trabajo sin
duda agotador. Pero me lo paso fenomenal, disfruto enormemente, porque además
cada uno de los textos que voy recibiendo de los colaboradores para mí es como
una aventura absolutamente novedosa, no sé con lo que me voy a encontrar. Sí sé
que voy a hallar calidad porque todos ellos, y creo que puedo afirmar que me he
rodeado de un equipo de profesionales muy notables, todos ellos, como digo,
saben enfocar perfectamente el tipo de artículo que busco, con rigor pero a la
vez con amenidad; es decir, no se trata de hacer una cosa en plan friki,
inconsecuente, pues la gente terminaría pensando que es una especie de estupidez
estudiantil. Pero tampoco queremos hacer unos textos inaccesibles, ladrillos
incomprensibles, semióticos, que no llegarían tampoco al común de los mortales.
Por lo tanto, creo que hemos alcanzado un equilibrio bastante bonito entre ese
rigor y esa amenidad: textos muy asequibles a los que no falta un fondo de
aportación importante para que al final Cine-Bis
tenga un peso específico. Yo, concretamente, en estos dos números me he
encargado, además, de escribir un dossier
sobre el Western Crepuscular, una
modalidad específica de este género que surgió a mediados-finales de los años
60 y que a partir de una obra maestra como fue Grupo salvaje, de Sam Peckinpah, marcó toda la década siguiente con
ese tratamiento crispado de la violencia, con un tono desmitificador,
revisionista, nostálgico… Y es un tipo de cine que hoy en día se conoce muy
poco, pero que está ahí y ocupó la práctica totalidad de los años 70 legando
obras interesantísimas que no tienen nada que ver con lo que se conoce como el western tradicional de indios y
vaqueros. Estamos hablando de otra cosa.
En aquel momento, en aquella década, Estados Unidos atravesaba una época
especialmente peliaguda a nivel interno, participaban en la guerra de Vietnam,
estaba Nixon con su asunto Watergate, preocupaba el tema de la reivindicación
de los derechos civiles de los afroamericanos, también de los indios
americanos… Había una serie de revuelos que afectaban al país a un nivel social
y político. Y todo eso se ve reflejado en el Western crepuscular. Por lo tanto hablamos de westerns casi “políticos”, pero tampoco. En cualquier caso, os
recomiendo que si tenéis oportunidad y ocasión revisitéis este género.
Bien,
cambiando de tercio quiero recalcar otra cosa: esta publicación no se puede
encontrar en las tiendas, está
pensada específicamente para venderla a través de una dirección de mail. A la entrada se han estado
repartiendo unas octavillas donde aparece una dirección: quatermass@hotmail.com.
Escribid ahí, yo os
contesto de manera personalizada y os indico cómo se puede conseguir la
publicación.
Antes
de dar entrada a Carlos quiero hacer hincapié en que estoy muy contento y muy
orgulloso del equipo de escritores que se ha ido agregando a Cine-Bis, y no solamente de gente
veterana sino también de nuevos valores que pueden aportar cosas muy
interesantes. Así, nos estamos juntando varias generaciones de escritores en Cine-Bis, y al respecto no quiero dejar
de mencionar a Pablo Herranz, Adrián Sánchez, Fernando Rodríguez Tapia, Pablo
Fernández, Ángel García Romero, Ramón Freixas y Joan Bassa, José Luis Salvador
Estébenez, Juan Carlos Vizcaíno Martínez, la escritora canadiense Anita Haas y
el autor italiano Davide Pulici.
Y
ahora quiero dar la palabra a Carlos Aguilar, porque él también tiene una
participación importantísima con una serie de aportaciones de lo más suculentas,
entre artículos y entrevistas.
CARLOS AGUILAR: En cuanto a mis aportaciones
quiero decir que son tristísimas, porque en parte por casualidades funestas de
la vida, y en parte porque lo hemos buscado así, todas versan sobre amigos
muertos. En el nº 2 tengo un artículo sobre Curtis Harrington, un director
americano muy curioso,
muy interesante, en cierto modo malgastado, desaprovechado, que era un tipo
verdaderamente pintoresco, estrafalario, un homosexual satanista con una visión
muy especial de las cosas, experto en cultura europea, experto en arte, cuyo
ídolo era Buñuel… Yo le traté bastante en Italia y la última vez que le vi fue
en su casa, en Hollywood, una mansión delirante, no os podéis imaginar, que
podría convertirse en un museo de lo bizarro, de lo anómalo. Estuvimos allí
cenando con mi mujer, la escritora Anita Haas, que en el nº 3 de Cine-Bis firma una apasionante
entrevista con el legendario actor Eli Wallach, y con otro amigo de la
profesión, también tristemente fallecido hace poco, el actor John Phillip Law.
Curtis Harrington era un director muy muy singular, a mí me impactaron mucho sus dos primeras películas
cuando las vi en televisión, con un doblaje infame y con anuncios, y aun así
capté que ahí había algo, eran Night Tide y Queen of Blood. Nos
conocimos, entablamos una cierta amistad y, bueno, falleció hace unos años. Que
yo sepa no había nada publicado en español sobre él, así que le propuse a
Javier cubrir ese hueco y aceptó encantado. Los otros amigos fallecidos, actores
ambos, son italianos, Giuliano Gemma y Federico Boido. Yo tenía mucha amistad
con Giuliano, escribí un libro sobre él cuando se le rindió merecido homenaje
en el Festival de Almería, y un buen día descubro que el actor, famosísimo por
sus escenas de acción, ha fallecido en un aparatoso accidente de circulación a
las afueras de Roma. Habíamos hablado una o dos semanas antes; entonces,
juntando las últimas conversaciones que tuvimos y extractando del libro que
escribí sobre él, que ya está agotadísimo, he ido pergeñando una entrevista de homenaje póstumo a
Giuliano. El otro profesional que aparece entrevistado por mí es un caso
todavía más patético: Federico Boido era un actor secundario que hacía siempre
papeles de composición de malo en spaghetti
westerns, aparecía y lo mataban, normalmente salía en una escena. Fue muy
querido por Mario Bava, de quien seguramente algunos de vosotros sabréis que
publiqué hace un par de años un libro sobre él. Para Bava era una especie de
segundo hijo y le incluyó en el reparto de tres de sus películas: Terror en el espacio, Diabolik y Roy Colt y Winchester Jack. Federico y yo nos habíamos visto en
Roma hace poco, le había hecho la entrevista, ya estaba maquetada y preparada,
y a punto de entrar el ejemplar en imprenta falleció también. La tercera
entrevista es a Antonio Margheriti, un director muy curioso que empezó muy bien y nadie le hizo caso,
nadie le consideró bueno, y él entonces se dedicó a ganar dinero. Y ganó mucho,
muchísimo, vivía en una villa a las afueras de Roma, que no terminaba nunca. Un
tipo muy peculiar con
mucho sentido del humor; cuando nos conocimos yo apenas hablaba italiano pero
aun así conseguimos entendernos y hacer esta entrevista que también sale a
título póstumo. Por tanto, son muy entrañables para mí estos números de Cine-Bis, no sólo a nivel profesional
sino también a nivel personal por
estas entrevistas y este ensayo sobre gente que merece la pena, gente que
dedicó su vida al Cine, que no fue lo suficientemente valorada y que era
verdaderamente estimable en un sentido artístico y también humano. Con lo cual,
insisto, no sólo mi profesionalidad, mi faceta de historiador cinematográfico,
sino también mi corazón está con estos dos números porque han sido importantes
en mi vida. Y bien, nada más, simplemente recordaros que la película
seleccionada, Los valientes andan solos,
de David Miller, la hemos elegido en base a este artículo doble sobre el Western crepuscular, cuya primera parte está
en el número 2, y finaliza en el 3. Es una película muy estimable, con un Kirk Douglas extrañamente
sobrio, o más de lo que acostumbraba, aquí no rechina los dientes ni mete la
panza. David Miller era un director muy interesante, de hecho otra película suya de aquella época, Un grito en la niebla, igualmente está
muy bien. Tanto por lo que representa la película en sí, como por lo que supone
dentro del artículo, nos parecía muy oportuna para elegirla; además, es un título
que aun siendo esto que se dice ahora, “de culto”, no es demasiado conocido.
Por ejemplo, Clint Eastwood siempre ha reconocido una fascinación especial por
ella, en la que se inspiró parcialmente para hacer aquella película suya,
estupenda, Un mundo perfecto, protagonizada
por Kevin Costner, y el propio Douglas siempre la ha destacado como una de sus
películas favoritas, incluso por encima de las que hizo con Kubrick y demás.
Bien, simplemente agradeceros vuestra presencia, felicitaros por haber venido a
ver una película tan estupenda y reiterar que para mí participar en Cine-Bis es un placer y un honor.
Gracias.